EL CRECIMIENTO DE LOS DEMAS (Fareed Zakaria)

Un poco largo quizá, pero un muy buen e interesante artículo sobre la realidad actual de USA publicado por Fareed Zakaría, actual editor ejecutivo de la revista "Foreign Affairs" y editor adjunto de noticias internacionales del Newsweek.

Los estadounidenses están tristes. muy tristes. En abril, una nueva encuesta reveló que 81 por ciento de los estadounidenses creían que el país está en “el camino equivocado”. Durante los 25 años que los encuestadores han hecho esta pregunta, la respuesta del mes pasado fue, con mucho, la más negativa. Otras encuestas que hacían preguntas similares, encontraron niveles de tristeza aún más alarmantes, que a menudo se hallaban entre los puntos máximos de un período de 30 a 40 años. Hay razones para ser pesimistas —un pánico financiero y una recesión amenazante, una guerra aparentemente interminable en Irak, y la amenaza del terrorismo. Pero los hechos —las cifras de desempleo, los índices de ejecución de hipotecas, las muertes producidas por ataques terroristas— no son lo suficientemente graves como para explicar la atmósfera actual de malestar.

La preocupación de EE UU es resultado de algo mucho más profundo, un sentir de que fuerzas grandes y perturbadoras rondan por el mundo. En casi cada industria, en cada aspecto de la vida, es como si los patrones del pasado estuvieran siendo trastornados. “Reina el Torbellino, que ha expulsado a Zeus”, escribió Aristófanes hace 2,400 años. Y —por primera vez en la memoria reciente— EE UU no parece dirigir la embestida. Los estadounidenses ven el surgimiento de un nuevo mundo, pero temen que se le esté dando forma en naciones distantes y por personas extranjeras.
Miremos a nuestro alrededor. El edificio más alto del mundo está en Taipei, y pronto, en Dubai. La mayor empresa cotizada en bolsa está
en Beijing. La refinería más grande se construye en India. El avión más grande de pasajeros se fabrica en Europa. El fondo de inversión
más grande del planeta está en Abu Dhabi; la industria fílmica más grande es Bollywood, no Hollywood. Los que alguna vez fueron iconos estadounidenses han sido usurpados por los nativos. La rueda de la fortuna más grande está en Singapur. El casino más grande, en Macao, que superó a Las Vegas en ingresos por apuestas el año pasado. EE UU ya no domina siquiera su deporte favorito: ir de compras. El Mall of America, en Minnesota, se jactaba de ser el centro comercial más grande del mundo. Hoy no estaría siquiera entre los primeros 10. En la clasificación más reciente, sólo dos de las 10 personas más ricas del mundo son estadounidenses. Estas listas son arbitrarias y un poco absurdas, pero téngase en cuenta que hace solamente 10 años, EE UU habría encabezado tranquilamente casi todas estas categorías.
Estos hechos reflejan un cambio sísmico en el poder y las actitudes. Yo lo percibo cuando viajo por el mundo. En EE UU, aún debatimos la naturaleza y la magnitud del sentimiento antiestadounidense. Una facción afirma que el problema es verdadero y preocupante, y que debemos volver a cortejar al mundo. La otra dice que éste es el precio inevitable del poder y que muchos de estos países son envidiosos, por lo que podemos hacer caso omiso de sus quejas sin correr ningún riesgo. Pero mientras discutimos sobre por qué nos odian, “ellos” han seguido adelante, y están ahora mucho más interesados en otras regiones más dinámicas del mundo. El planeta ha pasado del sentimiento antiestadounidense al sentimiento postestadounidense.

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