jueves, 4 de diciembre de 2008

MALTRATO ANIMAL: UNA SOCIEDAD ENFERMA

Biológicamente, los humanos somos una especie animal e hipotéticamente poseemos, entre otros, atributos, sentido ético y conciencia de nuestra propia existencia y compartimos los mismos procesos evolutivos que dieron origen a todas las especies. De hecho compartimos el 95 % de nuestro código genético con nuestros más cercanos, los monos.

De acuerdo a algunas descripciones, uno de los aspectos más relevantes de los humanos es “su capacidad de conmoverse ante las desgracias ajenas y en muchos casos incluso prestar ayuda en situaciones que ponen en riesgo su propia seguridad” y apuntan que este comportamiento es prácticamente exclusivo del humano. El video que adjunto nos demuestra que dicho comportamiento no es de nuestra exclusividad.



Desafortunadamente, muchas veces las actitudes y comportamientos humanos distan mucho de tener un sentido ético y nos reflejan cómo una sociedad incapaz de rechazar la violencia es reflejo de la rabia e impotencia, sin amor, en la que sólo hemos aprendido parcialmente el derecho que nos ha sido dado de ocupar el primer lugar dentro de la jerarquía racional, dejando de lado nuestra responsabilidad de ser guardianes de todas las otras especies y así asegurar un balance apropiado en el funcionamiento de nuestro planeta.

La existencia del maltrato animal nos entrega un aviso a la sociedad acerca de las conductas de violencia por las que atravesamos y demuestra la incapacidad de insertarnos en el mundo como uno más de los seres sensibles que lo habitamos, capaces de sentir dolor, padecer sufrimiento y stress, como también lo padecen nuestros hermanos menores.

De pequeños, la mayoría de nosotros vivió alguna etapa de “crueldad” hacía los animales en la cual nos ensañamos con insectos u otros para investigar el mundo, sin embargo, ya a esa edad, y a veces con la guía adecuada de nuestros padres, supimos que el dolor y sufrimiento no era sólo nuestro. Pareciera que la sociedad chilena está albergando un porcentaje mayor al habitual de adultos que no superaron esa etapa de agresión y hoy se manifiestan en casos como el que acabamos de saber de la mal llamada “Protectora de Animales Benjamín Vicuña Mackenna” y de su principal responsable: Luis Navarro.

Me pregunto si esta clase de maltrato animal tan sólo está reflejando personas individualmente inadaptadas por haber padecido abusos cuando pequeños y que repiten las conductas violentas con que ellos fueron agredidos cuando eran tan indefensos como lo son los animales ahora, o, no será también que nuestra sociedad se acostumbró a no sancionar los abusos, torturas y violencia que no sólo se infringieron con los animales sino contra nosotros mismos?

Quien asume la tortura y el asesinato de otros seres como algo ajeno, es tan responsable como el torturador y el asesino.

Yo no quiero que nadie asuma la tortura y asesinato como algo ajeno, yo quiero que nos sintamos orgullosos de nuestro intelecto y que reflejemos un mundo mejor, por eso los insto a investigar sobre el tema, a denunciar cualquier abuso animal (y/o humano por supuesto) y a instar al Congreso de nuestro país a que evacue de una vez por todas la Ley contra el Maltrato Animal.

Agradezco aquí al diputado Álvaro Escobar que participó en el grupo a cargo del estudio de esta ley y que gentilmente me hizo llegar lo recabado por ellos y, también a Girardi y Horvath que al menos han denunciado públicamente este abuso en Octubre último.

Por último quisiera darles a conocer que de acuerdo al Código Penal, artículo 291, escrito el 12 de Noviembre de 1974, Chile tiene una legislación (precaria aún) que castiga todo acto de crueldad y maltrato animal.

Páginas visitadas: http://www.conciencia-animal.cl/paginas/temas/temas.php?d=645,
http://www.animanaturalis.org/1277

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